Ciro Alegría con Gabriela Mistral |
Este medio de comunicación le rinde un homenaje sencillo y humilde recordando su vida y sus grandes obras.
(Ciro Alegría Bazán; Marcabal Grande, 1909 - Lima, 1967) Novelista peruano. Ciro Alegría hizo sus estudios escolares en su misma región andina de nacimiento (donde tuvo como maestro a César Vallejo) y se comprometió temprano en la lucha política como miembro de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Su militancia en la APRA le valdría dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933) y su posterior exilio en Chile en 1934.
En ese periodo escribió la parte más significativa de su obra y ganó tres premios literarios con otras tantas novelas que lo consagraron como novelista. Así, Ciro Alegría publicó en 1935 La serpiente de oro, en la que relata la vida de los nativos a orillas del Marañón. En 1939 vio la luz su segunda novela Los perros hambrientos (1938), en la cual entra de lleno en el mundo de la alta sierra peruana y presenta la lucha del hombre contra la naturaleza hostil.
En 1941 Ciro Alegría obtuvo el Gran Premio de Novela Continental con El mundo es ancho y ajeno, también de tema indianista y, a no dudar, una de las mejores muestras del género: la aldea de Rumi (auténtica protagonista de la novela, cuya vida se describe maravillosamente) es objeto de la codicia del terrateniente blanco; destruida, sus habitantes se dispersan: unos mueren, otros son reducidos a esclavos o marchan a las grandes ciudades.
El mundo es ancho y ajeno es así un gran cuadro épico de las luchas de una arquetípica comunidad indígena contra los tres poderes que quieren destruirla: la oligarquía terrateniente, el Ejército y el Gobierno al servicio de los intereses estadounidenses. El uso de las técnicas narrativas modernas y el aliento heroico de la composición le permiten presentar un relato río que arrastra materiales heterogéneos para crear un mosaico tan variado y dramático como la vida indígena misma.
En 1948 volvió a su país después de permanecer en los Estados Unidos desde 1941. Se dedicó al periodismo y fue elegido diputado tras haber renunciado al Partido Aprista. En esta época publicó un libro de cuentos: Duelo de caballeros (1963).
La obra de Ciro Alegría representa, junto con la de su compatriota José María Arguedas, la expresión artísticamente más madura de la narrativa regionialista e indigenista nacional en el siglo XX. Tras su muerte, su esposa, Dora Varona, se dedicó a reimprimir las obras más conocidas del novelista y a editar todo cuanto había quedado inédito. Publicó dos novelas inconclusas tituladas Lázaro (1972), de contenido político, y El dilema de Krause (1979). También conviene destacar sus colecciones de relatos: Panki y el guerrero (1968); La ofrenda de piedra (1969), relatos andinos; Siete cuentos quirománticos (1978), escritos en Estados Unidos y Puerto Rico; y El sol de los jaguares (1979), relatos amazónicos. En 1976 aparecieron unas memorias bajo el título Mucha suerte con harto palo.
¿Y LAS CELEBRACIONES EN SU TIERRA O EN HUAMACHUCO?
Las autoridades se olvidaron de este ilustre peruano, se celebró sus 100 años de nacimiento con llegada de autoridades regionales con bombos y platillos, pero ahora ni lo menciona, aquí en su tierra se olvidaron, ni en Sartimbamba y menos en Huamachuco.
Ayer un viejo intelectual, Aristides Iparraguirre se acordó de él, es por eso que salió a radio Los Andes, hacer una remembranza a la población sus 102 años de su nacimiento.
Asimismo este humilde medio de comunicación le rinde un homenaje póstumo a este insigne maestro de las artes, sin dejar su vida política y muchas cosas más.
(Ciro Alegría Bazán; Marcabal Grande, 1909 - Lima, 1967) Novelista peruano. Ciro Alegría hizo sus estudios escolares en su misma región andina de nacimiento (donde tuvo como maestro a César Vallejo) y se comprometió temprano en la lucha política como miembro de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Su militancia en la APRA le valdría dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933) y su posterior exilio en Chile en 1934.
En ese periodo escribió la parte más significativa de su obra y ganó tres premios literarios con otras tantas novelas que lo consagraron como novelista. Así, Ciro Alegría publicó en 1935 La serpiente de oro, en la que relata la vida de los nativos a orillas del Marañón. En 1939 vio la luz su segunda novela Los perros hambrientos (1938), en la cual entra de lleno en el mundo de la alta sierra peruana y presenta la lucha del hombre contra la naturaleza hostil.
En 1941 Ciro Alegría obtuvo el Gran Premio de Novela Continental con El mundo es ancho y ajeno, también de tema indianista y, a no dudar, una de las mejores muestras del género: la aldea de Rumi (auténtica protagonista de la novela, cuya vida se describe maravillosamente) es objeto de la codicia del terrateniente blanco; destruida, sus habitantes se dispersan: unos mueren, otros son reducidos a esclavos o marchan a las grandes ciudades.
El mundo es ancho y ajeno es así un gran cuadro épico de las luchas de una arquetípica comunidad indígena contra los tres poderes que quieren destruirla: la oligarquía terrateniente, el Ejército y el Gobierno al servicio de los intereses estadounidenses. El uso de las técnicas narrativas modernas y el aliento heroico de la composición le permiten presentar un relato río que arrastra materiales heterogéneos para crear un mosaico tan variado y dramático como la vida indígena misma.
En 1948 volvió a su país después de permanecer en los Estados Unidos desde 1941. Se dedicó al periodismo y fue elegido diputado tras haber renunciado al Partido Aprista. En esta época publicó un libro de cuentos: Duelo de caballeros (1963).
La obra de Ciro Alegría representa, junto con la de su compatriota José María Arguedas, la expresión artísticamente más madura de la narrativa regionialista e indigenista nacional en el siglo XX. Tras su muerte, su esposa, Dora Varona, se dedicó a reimprimir las obras más conocidas del novelista y a editar todo cuanto había quedado inédito. Publicó dos novelas inconclusas tituladas Lázaro (1972), de contenido político, y El dilema de Krause (1979). También conviene destacar sus colecciones de relatos: Panki y el guerrero (1968); La ofrenda de piedra (1969), relatos andinos; Siete cuentos quirománticos (1978), escritos en Estados Unidos y Puerto Rico; y El sol de los jaguares (1979), relatos amazónicos. En 1976 aparecieron unas memorias bajo el título Mucha suerte con harto palo.
¿Y LAS CELEBRACIONES EN SU TIERRA O EN HUAMACHUCO?
Las autoridades se olvidaron de este ilustre peruano, se celebró sus 100 años de nacimiento con llegada de autoridades regionales con bombos y platillos, pero ahora ni lo menciona, aquí en su tierra se olvidaron, ni en Sartimbamba y menos en Huamachuco.
Ayer un viejo intelectual, Aristides Iparraguirre se acordó de él, es por eso que salió a radio Los Andes, hacer una remembranza a la población sus 102 años de su nacimiento.
Asimismo este humilde medio de comunicación le rinde un homenaje póstumo a este insigne maestro de las artes, sin dejar su vida política y muchas cosas más.
(El Nuevo Halcón)
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