lunes, 8 de agosto de 2011

LUCHÍN, LOS SILBATOS MUCHOS SUENAN Y SUENAN MAL

Por: Marino Lavado Valdivia
Joseph Raymond McCarthy, senador norteamericano, se hizo  conocido  por sus investigaciones sobre sospechosos de ser agentes soviéticos o simpatizantes del comunismo infiltrados en la administración pública o el ejército estadounidense. Azuzó una cruzada anticomunista, titulándose defensor de los auténticos valores americanos. Gracias a este señor, se acuño el término:  macarthismo,   para referirse a  esa prensa venal, mercenarizada, que pinta como santos a los demonios y a los santos los muestra como demonios, que a lo bueno llaman malo y a lo malo bueno. Al leer esto, me hace recordar la forma cómo se dan las elecciones en el Perú. Los candidatos, en su afán por ganar, compran medios de comunicación con este fin. Haciendo caso a Joseph Goebbels, quien decía: Una mentira mil veces repetida, se transforma en verdad.
Las elecciones pasadas en Huamachuco, tuvo como protagonistas a candidatos fuera de serie; sobre todo, a los que se disputaban el primer y segundo lugar: teníamos a uno que, a  pesar que todos los ciudadanos, conocían de su pasado vergonzoso y su paso por la administración pública nada confiable, sentenciado por apropiación ilícita  y  pesar de eso, logró capitalizar  a gran parte del electorado, quizá  por el despilfarro de cuantiosas cantidades de dinero, que nadie llegó a saber exactamente de donde procedían, burlando incluso al JNE. Además, contaba con un medio de comunicación, que se le hacía ver cómo el más caritativo, futbolista ejemplar y seguidor de los más preclaros hombres de esta tierra: Sánchez Carrión y Ciro Alegría.  Por otro lado, había un candidato para muchos denominado como: el menos malo; aunque con un discurso poco sincronizado, que a nadie convencía; pero que tenía como fortaleza a una persona que, cumpliendo con su misión apostólica, había trabajado,  hasta entonces,  por los más humildes y que era garantía de honestidad y trabajo. El pueblo,  finalmente,  optó por el segundo.  
Hoy en día, parase que el pueblo en su conjunto se equivocó completamente, porque, hasta ahora no vemos obras significativas, mas que las dejadas por la administración anterior. Pero, lo peor de todo es el escándalo,  que ha remecido la Municipalidad en estos días, sobre la compra de silbatos que en  una tienda común se vendían a s/1.00 y que la Municipalidad lo había adquirido a /10.00. La cantidad total ascendía a 300 unidades y que en dinero sería s/3000.00, pudiéndose haber gastado s/300.00, si hacemos la diferencia  la cantidad ascendería a s/2700.00, es decir, S/2700 de robo descarado. Muchos dirán que, finalmente es poquito; pero creemos que el asunto no queda ahí, sino que,  es fiel reflejo cómo se opera en dicha institución. Para muestra, consultemos a las tiendas proveedoras,  que siempre inflan los precios.  
El señor alcalde,  quizá afirme que  nunca se informó de esto y lo que diga podrá ser verdad. Pero, lamentablemente es el responsable de dirigir esta institución,  desde ya desprestigiada.
Aprovechando los errores de un alcalde, con poca preparación académica, con escándalos de malos manejos, con personal que obedece a favores políticos, sin pensar en su idoneidad. Hay algunos políticos que empiezan a calentar motores para una posible revocatoria.
Señor Luis Rebaza Chávez, haga sonar  el silbato que indique la ruta del progreso, no el que indica la corrupción, porque ese si suena muy mal y no queremos escucharlo, además, le puede costar el puesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario