A mis paisanos huamachuquinos y la opinión pública en general: Hubiera preferido no involucrarme en el tráfago de correos electrónicos que vienen circulando de un tiempo a esta parte, en los que se refieren de una y mil maneras a mi persona y la institución que dirijo. Pero como el que calla otorga, y con la convicción de no volver a escribir sobre este tema, aunque fuera objeto de nuevos y furibundos ataques, considero que ha llegado el momento de dejar expresa constancia de mi posición sobre la Unidad Ejecutora Marcahuamachuco.
1. Desde nuestra instalación en Huamachuco, en julio del año pasado, uno de los primeros retos fue organizar un equipo técnico y administrativo de primer nivel, que interactuando juntos diera vida a una entidad que por entonces solo existía en el plano legal, vale decir, en la ley de creación. Sería necio negar que cometimos una serie de errores en esa primera parte del camino, pero de otro modo simplemente no hubiéramos hecho nada, solo esperar que un milagro nos traiga una entidad en pleno funcionamiento.
2. Con errores y aciertos, como huamachuquino tengo claro que no voy a defraudar a mi pueblo, a mi familia y a la gente que confió en mí (sepan, estimados, que personalidades como LG Lumbreras, Eduardo Gonzáles Viaña, Walter Alva, Gerardo Chávez, Alfredo Narváez, Dora Varona, Mariana Mould de Pease y un buen número de escritores, poetas, artistas plásticos y en general gente ligada al quehacer cultural de Trujillo y Lima, tuvieron la generosidad de respaldar mi designación en una carta dirigida al ministro de educación de entonces). Del mismo modo, y más allá de las acciones legales que estoy tomado contra quienes nos vienen difamando, a través de la Internet también debo salvaguardar mi honor y relevar mi trayectoria profesional, de la que pueden dar fe quienes han trabajado conmigo, sea en el sector público y privado.
3. Entre los meses de agosto a octubre de 2010, es decir en plena campaña electoral municipal, sufrimos los primeros ataques, de inocultable naturaleza política, pues como ocurría en todo el país, aquí también se jugaban muchos intereses. Debo ser enfático en lo siguiente: los mismos que pretendían la alcaldía provincial (y no lo lograron, ni lo conseguirán, por su conocida mala reputación) querían manejar, a como dé lugar y sin el menor escrúpulo, esta entidad, y para eso condición básica era desprestigiarme ante la población y buscar mi salida de la institución. Para el trabajo sucio contaron (y cuentan) con un canal clandestino y los servicios de un par de bribones (a uno de ellos le di una oportunidad laboral en la entidad, pero al poco tiempo renunció, consciente quizá de su incompetencia y de su conducta personal. Podría señalar un rosario de “hazañas” de estos individuos, pero les recuerdo dos perlitas, tan miserables y vergonzosas como estafar a un grupo de dignas damas huamachuquinas con el cuento de editarles un libro y huir del país embolsicándose el dinero; y en el caso del otro, del “profe”, cobrar mensualmente un sueldo del Estado sin trabajar. Cada una describe la catadura moral de estos ambos, y desde aquí los emplazo a que nieguen estos hechos.
4. Quiero enfatizar algo que aquí en Huamachuco es vox populi. Estos individuos forman parte de un tinglado mayor, donde la minería informal es la línea de base para apoderarse de sectores claves para su supervivencia, como la administración municipal. Por ello ahora mismo ya están trabajando para la revocatoria del actual alcalde provincial. Y hacerse del control de la Unidad Ejecutora Marcahuamachuco forma parte de su delincuencial proyecto, pues consideran que allí también hay apetitosos recursos públicos.
5. Señoras y señores, todo lo que hemos avanzado hasta el momento en esta novísima entidad, puedo asegurarle que está lejos, muy lejos de la mala fe o el acto doloso en el uso de recursos públicos. Para abundar en esta afirmación, en el Ministerio de Educación, primero, y luego en el Ministerio de Cultura obran cientos o quizá ya miles de documentos oficiales, ante diversas áreas, que dan cuenta de nuestra actuación cotidiana, tanto en el ámbito administrativo como técnico, este último de especial preocupación en mi gestión. Desde luego que están cordialmente invitados a conocer in situ el trabajo que realizamos.
6. Como no puede ser de otra manera, todas las adquisiciones que realiza la Unidad Ejecutora están sometidas al control del Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE), por lo que los precios están estandarizados. Sin embargo, algunas personas mal intencionadas –como el “periodista” huamachuquino que nos agrede desde algún lugar de los EEUU y ahora está denunciado– ingresan al portal web del SEACE (es de libre acceso), buscan las adquisiciones o contrataciones que realizamos, alteran burdamente la información y la difunden como si fuese un gran hallazgo. Qué fácil puede ser sorprender a algunos incautos.
7. Por lo demás, estamos dispuestos a responder cualquier crítica, por descabellada que parezca, siempre que venga de gente de buena fe y mínimamente informada de nuestro trabajo. Ninguno de los miembros de la institución va a rehuir a cuestionamientos sobre su labor, empezado por este servidor. De hecho informamos permanentemente a la población de nuestra labor, con el apoyo de la mayoría de medios de comunicación legales (radios, tv, prensa escrita). De otro modo, tengan la plena seguridad que no contaríamos con el apoyo de la inmensa mayoría de la población huamachuquina, empezando por sus organizaciones de base, asociaciones de artistas, autoridades de diversos sectores, y particularmente de las comunidades rurales del entorno de los sitios en donde trabajamos.
8. Finalmente, permítanme decirles que a Huamachuco me ata un vínculo muchísimo más grande y trascendente que atornillarme en la jefatura de esta entidad. En tal sentido, si las altas instancias del nuevo gobierno consideran que debo dar un paso al costado, créanme que lo haré y me iré agradecido por la oportunidad que tuve para poner en marcha esta entidad. Pero tengo clarísimo que desde el lugar que me toque estar, nunca cejaré en mi empeño de ver a mi histórica tierra –con todos sus problemas– a salvo de bandas organizadas para delinquir y avanzando por el camino de un desarrollo sostenible, donde el turismo, la modernización de la agricultura y cuanta actividad lícita cuente, genere un crecimiento con educación, identidad, ciudadanía e inclusión social; promoviendo al mismo tiempo la hone
stidad y la decencia. Lo demás, esa vocinglería burda y grosera, tan solo es –como diría Marx, el viejo aguafiestas– parte del colosal montón de basura que toda sociedad genera en su desarrollo.
Con un abrazo a todos,
Guillermo Rebaza Jara
DNI N° 17871522
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