Por: Marino Lavado Valdivia
Los jóvenes, por no decir nosotros. Todos los que integramos este hermoso país, debemos reflexionar sobre el rol que nos toca desempeñar en los momentos actuales, momentos difíciles, de constantes cambios de la sociedad peruana.
Los que lean estas palabras, quiero que sepan, que son palabras que brotan de la dura experiencia que es vivir en zonas rurales, en medio de iletrados. Ahí donde se hace patria, donde se lucha contra las inclemencias del tiempo; pero también se aprende a querer y a sentir orgullo por lo nuestro. Seguramente, es sabido por todos que, los que habitamos en la postrimerías de los Andes, tenemos enormes desventajas frente a los jóvenes de otras partes Zonas, que tienen al frente el desarrollo de la cibernética y de la ciencia en general.
Todos los jóvenes, debemos ser conscientes que los caminos no están alfombrados, que los grandes ideales se logran a punto de esfuerzo, de lucha constante. Diciéndole no, a los comerciantes de la mediocridad y el conformismo.
Hoy, cuando vemos las noticias, vemos como enardecidos estudiantes chilenos, encabezados por una joven: Camila Vallejo, militante del Partido Comunista de ese país, no se cansan de luchar por lograr una educación con mayor equidad y oportunidades para todos.
En las últimas pruebas internacionales de desempeño académico (PISA, por sus siglas en inglés) Chile quedó a la cabeza de los nueve países participantes de América Latina y el Caribe en lectura y en ciencias, y solo fue superado por Uruguay en Matemáticas. Pero, la pregunta sería, ¿qué está pasando con la juventud peruana? Recordemos que Panamá y Perú, ocuparon los últimos lugares en las pruebas PISA.
Eduardo Lora, funcionario del BID, manifiesta que: “La mayoría de quienes tienen apenas alguna educación primaria se declaran satisfechos con las políticas educativas de sus países. En cambio, prácticamente nadie que cuenta con estudios universitarios completos piensa tal cosa…”
Quizá, uno de los problemas de la juventud actual es el poco interés por el estudio, la pasividad extrema . Una encuesta, arroja los siguientes resultados: de cada 100 jóvenes, solamente 12 se dedica a leer y escribir, en sus momentos libres, mientras que los 88 restantes se dedica a otras actividades que ni siquiera se relacionan con el estudio. Triste realidad.
En esta etapa maravillosa, nuestro principal deber debe ser el estudio, las ganas inmensas de superación; pero también deben brotar del alma de la juventud de esta nación, el más genuino espíritu de rebeldía, para lograr la transformación, como ha empezado a surgir en nuestros vecinos de Chile: la patria de Allende.
La riqueza con que cuenta nuestro territorio, debe servir para unir a los pueblos, para curar miserias y para educar a esta y a las nuevas generaciones. No para dividirnos, para generar grupos privilegiados por un lado y por otro, una gran mayoría empobrecida.
Juan Gris decía: “Juventud no es la del que tiene veinte años. Joven es aquel que se conmueve ante cualquier injusticia en el mundo”.
Un abrazo a todos.
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