jueves, 24 de marzo de 2011

LA EVALUACION DOCENTE

Por: Dionicio Mantilla León
A los gritos de “No a la corrupción” y   ”Queremos dialogar”, el pasado jueves 17, aproximadamente  mil profesores reunidos en el Instituto Pedagógico “Indo América” protestaron contra el abuso en el que incurrió la GRELL al haberlos convocado para la adjudicación de plazas docentes por contrato,  sin haber publicado, previamente, la relación de plazas vacantes y el orden de méritos correspondiente. La justa medida de protesta tuvo su corolario con la interrupción del proceso por parte de los iracundos docentes y la presencia represiva de un grupo de efectivos policiales.
 De esta manera, una vez más, los profesores liberteños  fueron protagonistas de un hecho bochornoso teniendo como causal el proceso de evaluación docente. Evaluación y adjudicación de plazas muy cuestionados desde un inicio de su aplicación a lo largo de los 5 años de gobierno aprista, lo que da pie para interrogarnos: ¿Porqué pese al tiempo transcurrido el presente gobierno no ha podido articular ni siquiera un solo proceso evaluativo sin anomalías?
LA EVALUACION ES NECESARIA.-
Nadie duda de la justeza y la conveniencia de efectuar una evaluación a los docentes para otorgarles una plaza por contrato, nombramiento o para ascender de nivel. Esto es normal y coadyuva a lograr la mejora de la calidad educativa tan venida a menos en estos últimos tiempos en nuestro país. Empero, lo que no está bien es la manera como se la concibe y como se la implementa pues siempre ostenta deficiencias e incluso faltas de seguridad por la continuas filtraciones de las respuestas. Deficiencias que comienzan con la fijación de los objetivos de la evaluación y la elaboración de las pruebas que casi nunca han estado en manos de instituciones idóneas.
 Como se recuerda la elaboración de la primera prueba (enero 2007) se encargó, como operador logístico, al “Fondo de Desarrollo Agrario”, con un presupuesto de 28 millones de soles “entidad especializada en Ciencias Naturales y en crianza de camélidos de altura” razón por la cual el Dr. Luis Piscoya, profesor Principal de la Universidad Nacional de San Marcos, criticó acremente su labor sosteniendo que “en lo ético y cognocitivo, el encargo a esta entidad, es una ofensa a la inteligencia del magisterio nacional” solicitando la  investigación respectiva por parte del Congreso   y la Controlaría de la República.
 A ello se añade el rechazo del Ministro de Educación,  a la oferta hecha en el 2008 por la Universidad Mayor de “San Marcos” para elaborar las pruebas de evaluación y la sugerencia para que sean las universidades estatales ubicadas en todas las regiones del país las que elaboren las pruebas evaluativas magisteriales. El resultado a esta tozuda posición se ha visto reflejada a lo largo de todo este gobierno: Procesos evaluativos deficientes a lo que se agrega la negligencia de las instancias regionales en su aplicación, filtración de respuestas, anomalías en la adjudicación de plazas y, últimamente, con exabruptos como pedir un trabajo de investigación- tipo tesis- del lugar a donde se postula.(¿?)
LA VERDADERA EVALUACION.-
Sin lugar a dudas que la concepción que tiene el presente régimen de un proceso de evaluación docente es por demás errónea. Resulta una bofetada a la inteligencia concebir que mejor maestro es aquel que obtiene un buen calificativo en una prueba de conocimientos, más aún si esta ostenta las anomalías  señaladas. UN BUEN MAESTRO O MAESTRA ES AQUEL QUE EXHIBE SU CALIDAD PROFESIONAL EN EL AULA EMPLEANDO LA METODOLOGIA Y EL TRATAMIENTO PEDAGOGICO Y SICOLOGICO MAS ADECUADO A SUS ALUMNOS, es aquel que demuestra su eficiencia docente en los logros y avances del aprendizaje de sus estudiantes, aquel que consigue cambios ostensibles en la personalidad de los educandos, convirtiéndolos en seres críticos, creadores, humanos y  conscientes de su deber de coadyuvar a la transformación de su individualidad, su realidad comunal y nacional.
 Empero, para descubrir este tipo de docente debe operarse un giro de 360 grados en la concepción del proceso de evaluación magisterial que viene implementando este gobierno algo que ya no lo podrá hacer porque está de salida. Eso si, este gobierno nos dejará el ingrato recuerdo del  irrespeto a la dignidad docente con las continuas vejaciones verbales por parte del Presidente de la República, así como también con este tipo de evaluaciones y la afrenta que significó al haber considerado al maestro, como el causante de todos los males del que adolece la educación peruana, algo que la totalidad de peruanos no cree y rechaza rotundamente. 

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